De un día para otro puede cambiar nuestra vida. Tenemos que aprovechar lo que tenemos, valorarlo y disfrutarlo.
Nos preocupamos demasiado por poseer cosas y nos podemos quedar sin nada material en cualquier momento.
Debemos afrontar cada día sin temor a lo que pueda ocurrir.
Las personas que están en los campos de refugiados han dejado su país, su casa, su familia, su trabajo...su dignidad, se han quedado sin nada solo cuentan con la ayuda de las organizaciones humanitarias. Se tienen que adaptar a una nueva vida y es muy duro.
Se organizan escuelas para los niños y así siguen aprendiendo. También preparan actividades para que olviden lo que han tenido que pasar y sonrían a pesar de todo.
Quieren que termine la guerra para volver a sus casas. El amor a la familia siempre queda aunque las cosas materiales desaparezcan.
Debemos colaborar para ayudar a la gente que lo necesita.
Deseamos que haya paz ¡siempre! para ser libres y felices.
Chicas y chicos de 5º
